“A veces la
afirmación que puntualiza que hay que amarse a uno mismo antes que a lo/s
demás, se interpreta como egoísta. Pero esta interpretación proviene de creer
que amar es excluyente y no incluyente, auténtica definición del amor.
(…)
Amar. Amarse, que es
la única forma de amar. Amar es desprenderse de lo que está inactivo. Es,
entonces, estar aquí, absolutamente disponible, con toda la energía lista para
el ahora.
Amar es, entonces,
vivir.
Lo contrario del amor
es el miedo, no el odio. El odio es la pasión del amor descontrolada, pero está
vivo. Únicamente el odio que surge del miedo conlleva desaceleración.
Así, el miedo sería
entonces paralización del amor, con lo que el miedo lleva implícita en sí la
muerte.
Por eso la llamada es:
Vivir, amar, fluir, ser (verbo y nombre).
(…)
Entonces, de nuevo
volvemos a la pregunta, ¿por qué es importante amarse a uno mismo?
Reflexiona sobre
esto:
Si te amas a ti
mismo:
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Cuando no te amas a
ti mismo:
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amas tu cuerpo
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No amas tu cuerpo,
no amas a quien eres en esta dimensión
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amas tus emociones
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No aceptas lo que
sientes, así que no puedes vincularte amorosamente de modo satisfactorio.
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amas tu entorno
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No amas a alguien
de tu entorno, no te amas a ti mismo reflejado de él.
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amas tus relaciones
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No amas al que eres
relacionándote con otras personas.
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amas tu
trabajo/labor
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No reconoces tu
valía en el mundo
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amas tus gustos
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No te aceptas tus
tendencias
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amas tu pasado,
entonces lo liberas, lo dejas ir (lo sueltas)
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No reconoces que el
pasado ya no te pertenece y te aferras a él.
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Pero si…
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Entonces…
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Amas tu cuerpo
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Reconoces en él la
representación del vehículo necesario para desarrollar tu labor.
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Amas tus emociones
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Reconoces el
derecho a ser quien eres y vives con la capacidad del regocijo y la valentía
de solucionar los conflictos
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Amas tu entorno
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Reconoces que los
otros son parte de ti y sabes que nunca pueden ser una amenaza porque sólo tú
eres dueño de todo lo que te pueda pasar en relación a ellos
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Amas tus relaciones
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Reconoces la unidad
del ser amado contigo, la fusión en el Uno
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Amas tu trabajo
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Reconoces que,
aunque no sepas el modo concreto, tú estás sirviendo a un poder mayor con el
que sí estás en comunión.
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Amas tus gustos
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Reconoces el
derecho a tener las sensaciones que tienes y así puedes llevarlas a cabo con
libertad.
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Amas tu pasado
|
Reconoces la
reconciliación con respecto a ti mismo.
|
”
Tomado de: MUNDOS DE ÉTER,
Interpretación del Mundo desde una Mente Superior, Graciela Bárbulo,
Entrelineas Editores, ISBN: 84-9802-052-2, Pág. 55-57.
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