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martes, 2 de julio de 2013

Mi contrato: “¿Tal vez en tu trabajo te mancillan o te ofenden?”

Hoy he leído: “Primero, liquida tu pasado. Luego analiza tu situación actual y averigua qué es lo que estás desarrollando. Saca tu mente de la 3D para comprender, y reconoce la labor maravillosa de la persona que presiona “equis” parte de ti. Dale las gracias en tu interior por llevar a cabo su contrato. 

¿Tal vez tu madre te presiones, quizá con sus chantajes emocionales?

¿Tal vez tu pareja te manipule, te enrede en sus celos?

¿Tal vez en tu trabajo te mancillan o te ofenden? 

Si tú te dejas hacer, si permites que te hagan daño sin actuar, no en contra de los otros, sino a favor de tu integridad, estás incumpliendo parte de tu contrato. 

Si sientes que estas actuaciones dañan tu ser, probablemente ese contrato establecido sea que tú te rebeles y la otra parte tenga, por ello, que enfrentarse con su propio dolor, al no acogerlo tú en ti, y de esta forma tu desarrolles la identidad de tu Ser y el otro, al enfrentarse a sí mismo, también. 

Medita sobre ello.[1]
Me referiré a la tercera de las preguntas que allí aparece, y ya tendré oportunidad de escribir sobre cada interrogante que allí aparece.
Después de un (1) año, cinco (5) meses y trece (13) días de cesar actividades en mi último empleo fijo, se ratifica o comprendo en “iluminación” mi percepción que lo sucedido fue, y es, una experiencia con un profundo aprendizaje para el proceso de evolución y elevación en este camino peregrino de mi existencia: SER y ESTAR.
En los días previos a la decisión de mi salida de la organización a quien prestaba mis servicios profesionales, existieron varias reuniones donde, en síntesis, se dudó de mi integridad profesional, por tal, existió un evidente resquebrajamiento de la confianza, a la cual reaccione exponiendo con argumentos y pruebas documentales respecto a todas y cada una de mis decisiones e integridad y con todas las autorizaciones competentes de superiores y colegas (o pares) en la organización. Esto denotó rebeldía y ocasionó la respectiva desvinculación laboral[2].
Pasado el tiempo citado anteriormente, en el aquí y en el ahora, doy gracias porque siento la tranquilidad y serenidad de ejercer mi “contrato”, el existencial, aquel que busca mi esencia, a través de valorarme y merecerme como un proyecto para regresar al “Hogar”. Aquel que aun no comprendemos con nuestra mirada humana pero que en este proceso podemos en: conocimiento, entendimiento y amor, llegarlo a comprender con una mirada “iluminada”, con los ojos de la esencia, del Ser Superior que existe en nuestro interior.
Y doy gracias, especialmente por todos esas personas que intervinieron en la decisión, que se reunieron para dilucidar, para influenciar (o incluso, manipular), para discernir conveniencias e inconveniencias, analizar pro y contras, etc., etc., etc., porque todos ellos, sin excepción, tienen un papel fundamental en mi crecimiento personal, ellos desde otras instancias que aun no comprendemos, tienen un “contrato” conmigo y ese fue su papel, esa era su obligación contractual: ejercer acciones que ocasionarían entorno y circunstancias de obstáculos para aprender y continuar progresando en evolución y elevación.
Pero, además, esas personas muy especiales en mi vida, a su vez, también tienen una experiencia con su decisión, en ellos (como consecuencia de mis acciones y actitud, es decir, por el cumplimiento de mi parte contractual de la cual soy responsable) también existe una profunda enseñanza. Algunos ya la comprenden, otros aun no la han observado, pero, igual, en su momento, se manifestará. Es así, que en la práctica, algunos de ellos, me han, y están, ayudando temporalmente en términos económicos para equilibrar mis necesidades de subsistencia, por lo cual, aun mas me encuentro profundamente agradecido y solo pido a mi Ser Interior que me muestre si mi acción de pedir y recibir no sea con intención de manipular por algún eventual sentimiento de culpa en esas personas. Esto, de dar y recibir, debe corresponder al “contrato” que tenemos y que aun no es revelado totalmente. Este si es el discernimiento que pido, que todo corresponda al “camino de regreso”.
¿Es acaso o no, un “contrato álmico” (por decirlo de alguna manera)?
Como dice el libro que cite al inicio: “Medita sobre ello”. En mi caso, ya lo hice y es lo expuesto.


[1] Tomado de: MUNDOS DE ÉTER, Interpretación del Mundo desde una Mente Superior, Graciela Bárbulo, Entrelineas Editores, ISBN: 84-9802-052-2, Pág. 17.  
[2] Según la legislación laboral colombiana: “terminación unilateral de contrato sin justa causa”, es decir, deben cancelar una indemnización correspondiente.

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