¡Felicitaciones eres bienvenido!

Querid@ amig@, recibe mi cordial saludo; de alguna manera, tu visita al Blog, no es casualidad sino que es CAUSAL, sí, así como lo afirmo, es propio de la causa que mueve nuestras propias sensaciones en este hermoso Universo creado por un SER SUPREMO. Aquí eres bienvenid@ sin distingo de raza, credo o religión ni status social... ¡Somos herman@s e hij@s de la misma creación! ... Y teniendo en cuenta que en el crecimiento personal, la libertad de credo, de pensamiento y de expresión, y el respeto por la diferencia constituye un factor importante de amor y comprensión; por tal, lo que se expone en este blog puede ser de su interés, tal y como lo es para quien lo administra.

sábado, 28 de enero de 2012

¿Cuánto Quieres Pagar?

Cada uno elige cuánto quiere pagar para aprender. No estoy hablando de pagar un curso -ojalá lo fuera-, estoy hablando de costos más caros.

Cada vez que nos damos cuenta de que no está bueno lo que estamos haciendo; cuando sentimos en nuestro interior que podríamos hacer otra cosa mejor, pero aún así, decidimos no darnos por enterados, finalmente pagamos un costo.

Veamos juntos un poco de qué hablo…

Imaginémonos que estás teniendo problemas para poner límites con los horarios dentro de tu espacio laboral. Te lo vienes diciendo -“tengo que cambiar esto”-, pero aún sigue siendo un tema pendiente.

Y por una u otra razón, cada día te vas fuera de horario. Pagas costos por tu falta de Asertividad, pero los minimizas u optas por no verlos. Por ejemplo, llegas a tu casa cada día agotado, casi no vas al gimnasio desde hace tiempo, compartes muy poco tiempo con tus hijos, y ni pensar -por supuesto- en verte con tus amigos.

Finalmente todos esos son los costos que vas pagando... Un día tu jefe –acostumbrado a tu sí permanente- te pide a último momento que le hagas un favor muy importante.  Le dices que sí. Las cosas no salen tan rápido como esperas y finalmente te pierdes el acto escolar que tu hijo hace meses viene preparando,  y con el que estaba tan ilusionado que compartiría contigo. La escena de después no hace falta que te la cuenta porque puedes imaginarla...

Y aquí lo tienes: te sientes muy mal, finalmente el costo más caro ha llegado. Aunque no te das cuenta, has elegido pagar ese costo para aprender la lección. Y hoy mismo te preguntas y te  replanteas ¿Cómo pude llegar hasta aquí?
Lo que te planteo es que fuiste teniendo día a día aviso de que ese aprendizaje pendiente se cobraba cada vez costos más altos en tu vida, pero no los atendías.
Aunque he tomado un pequeño ejemplo a nivel laboral, esto nos pasa todo el tiempo y en todos los ámbitos. Demoramos aprendizajes sin pensar que, por no nos esforzamos un poco ahora en cambiar ese hábito, estamos eligiendo un costo más alto
A veces, nos conformamos con explicaciones tranquilizadoras. Y nos decimos a nosotros mismos: y bueno ¿Qué querías que haga?  
Con esto, me sereno, me digo a mi mismo que está bien lo que hice, que no necesito hacerlo mejor. Aunque en el fondo, muy en el fondo, sé que no está bueno, puedo sentir el sabor amargo de mi falta de aprendizaje. Muy dentro de mí sé que allí está mi aprendizaje pendiente, que tengo capacidad para hacer algo mejor que eso que hice. Y desde allí, sin darme cuenta –mientras pasa el tiempo- voy eligiendo cada día pagar un costo más alto por la misma lección, voy eligiendo que mi lección pendiente me siga a donde quiera que vaya…
Y veo cada vez cómo en la vida de algunas personas esos costos no tienen retorno.
Infinitas gracias por leerme. Le das sentido a que lo escriba
Un abrazo muy grande
Cristina Perrucci[1]
Preguntas para RefleAccionar
¿Qué aprendizaje estás demorando? ¿Qué crees que te demora? ¿Qué costos estás pagando para aprender? ¿A qué le estás dando prioridad al no aprender? ¿Qué es de verdad importante para ti? ¿Cómo podrías facilitarte el camino para aprender ese pendiente?

[1] Directora General de COCREAR  Argentina. Licenciada en Psicología (U.A.I.) Certificada en Coaching Ontológico (COCREAR) Diplomado en Business Administration (UNIVERSIDAD DE BELGRANO).

No hay comentarios: